Los ritmos con apagados le dan una sonoridad completamente diferente a los patrones de acompañamiento, nos permiten generar variantes sobre un mismo ritmo, haciendo que pueda servir para muchos estilos musicales.
En el siguiente video del canal te mostramos cinco técnicas que puedes usar para tocar ritmos con apagados en la guitarra y cómo usarlos para generar variantes rítmicas.
Técnicas indispensables para hacer ritmos con apagados
La primera técnica para hacer ritmos con apagados consiste en apagar las cuerdas produciendo un silencio, en este recurso se trata de silenciar por completo el sonido del instrumento, debe sonar como una pausa en la interpretación.
Para esto se puede colocar la palma de las manos suevamente sobre las cuerdas.
La segunda técnica consiste en apagar las cuerdas, en este caso, la presión ejercida aumenta, las cuerdas van a tocar los últimos trastes de la guitarra, con esto se logra un sonido percutido, no un silencio, el sonido se produce porque las cuerdas gruesas, las que vienen recubiertas suenan al entrar en contacto con los últimos trastes del diapasón.
Adicionalmente, el intérprete puede extender un poco la mano derecha para que sus dedos golpeen la madera, con ello se genera un sonido percutido más fuerte.
Para este tercer recurso se usan abanicos, esto consiste en abrir los dedos de la mano derecha uno por uno, cada uno rasga las cuerdas de forma descendente, al finalizar, el movimiento se apaga con la palma.
Todo se desarrolla muy rápido, desde el abanico y el apagado; sin embargo, se puede jugar con la sonoridad de este recurso haciendo el abanico lentamente.
En algunas situaciones se usarán ritmos pulsados, en este caso para producir el sonido apagado no conviene usar la palma de la mano, el tener que abrir y cerrar puede hacer que el ritmo se pierda.
En este caso es preferible mantener la mano cerrada al momento de golpear las cuerdas.
Por último, no todos los ritmos con apagados se hacen con la mano derecha, también se pueden hacer con la mano izquierda, para esto se levanta la mano al punto de impedir el sonido del acorde, sin quitar completamente la mano, de esta forma al mantener el movimiento y rasgueo en la mano derecha se genere un apagado.
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